EXPLOXIÓN CÁMBBRICA

Llamamos explosión cámbrica a un momento de la historia en la que repentinamente, sin ninguna explicación, aparecieron muchas formas de vida desde invertebrados, hasta muchos filos de metazoos. Esta misteriosa explosión se produjo hace unos 542-490 millones de años y surgió en el mar.

Siempre ha sido una gran incógnita para los investigadores y todavía hoy lo sigue siendo, pero lo verdaderamente importante de esta explosión fue que perduró, es decir, que se originó vida que se ha ido manteniendo a lo largo del tiempo, que no ha desaparecido, de echo una prueba que tenemos acerca de este dato es que todos los organismo que existen hoy en día proceden del Cámbrico.




Resto Fósil del Cámbrico.


Otra cosa parecida a la exploxión cámbrica es la Fauna de Ediacara, también una explosión de vida en La Tierra hace unos 500 millones de años, de ahí su similitud con la Explosión Cámbrica, pero lo que las diferencia es que la Fauna de Ediacara no dio frutos, es decir, todos los organismos que surgieron desaparecieron, pero dejaron algunos fósiles y existieron algunos organismos un tanto curiosos como la Hallucigenia y la Anomalocaris, ambos invertebrados complejos.

¿Son los virus seres vivos?

Todo ser vivo es capaz de nutrirse, relacionarse con el medio en el que vive y reproducirse, por ello aquellos organismos que no realicen dichas funciones no se pueden considerar como seres vivos. Este es el caso de los virus que no se nutren, ni se relacionan, solo son capaces de reproducirse, y lo hacen de forma diferente a cualquier ser vivo, ya que solo necesitan la intervención de una célula, no de otro virus.

Otro motivo por el que podemos pensar que los virus no son seres vivos es porque para que un  organismo sea ser vivo necesita una mayor complejidad, estar compuesto por órganos y sistemas y por células que tienen vida. Todo esto son requisitos de los cuales prescinde el virus, ya que por sí solos no tienen vida a no ser que una célula (que sí la tiene) intervenga, ni aparatos, ni sistemas, lo que hace imposible que realice las funciones vitales.